Sistema de patentes TCP y Convenio de París: ventajas y desventajas
Las patentes desempeñan un papel crucial en el progreso y el fomento de la innovación en todo el mundo. Para obtener protección jurídica en este tipo de invenciones existen dos sistemas: el Convenio de París y el Tratado de Cooperación de Patentes (TCP o PCT, por sus siglas en inglés).
Si bien Uruguay únicamente forma parte del Convenio de París, ambos Tratados tienen como objetivo simplificar y agilizar el proceso de solicitud de patentes a nivel internacional. En este artículo, exploraremos las particularidades de cada uno de estos sistemas.
El Tratado de Cooperación de Patentes (TCP)
El TCP, administrado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), es un acuerdo internacional que permite a los solicitantes presentar una única solicitud internacional, conocida como solicitud TCP, en lugar de presentar solicitudes separadas en cada país donde buscan protección (como lo establece el Convenio de París). Si bien Uruguay no es miembro del TCP, el tema está siendo objeto de debate tanto en la Academia como el Parlamento nacional.
Las ventajas del sistema TCP
Una de las principales ventajas del Tratado de Cooperación de Patentes es la reducción de costos significativos para los solicitantes. Presentar solicitudes de patentes en múltiples jurisdicciones puede ser costoso debido a los honorarios profesionales y las tasas de presentación, así como las traducciones requeridas en cada país.
A través de una solicitud del sistema TCP, los solicitantes pueden posponer muchos de estos costos y tener más tiempo para evaluar la viabilidad de su invención en el mercado antes de invertir grandes sumas de dinero en solicitudes nacionales.
Además, el TCP proporciona un informe de búsqueda (ISR por sus siglas en inglés) y un informe preliminar de patentabilidad (IPRP, también por sus siglas en inglés). Estos informes brindan a los solicitantes una evaluación temprana de la patentabilidad de su invención antes de decidir si continuar con las solicitudes nacionales. Asimismo, puede ayudar a los solicitantes a tomar decisiones más informadas y evitar costosos procesos de solicitud en países donde la patentabilidad de su invención sea incierta.
Otra ventaja del sistema TCP es la extensión del plazo para presentar solicitudes en otros países (las fases nacionales o national phases). Luego de presentada la solicitud TCP, los solicitantes tienen un plazo adicional de 30 meses (o incluso más en ciertos casos) para decidir en qué países desean buscar protección y presentar las solicitudes nacionales correspondientes.
Este plazo también permite a los solicitantes obtener información adicional sobre el potencial comercial de su invención antes de tomar decisiones estratégicas sobre dónde buscar protección.
El Convenio de París y sus ventajas
El Convenio de París es el otro gran acuerdo internacional que facilita y armoniza el proceso de protección de las patentes. Este Convenio ofrece una ventaja clave en términos de prioridad de la solicitud.
Cuando un solicitante presenta una solicitud de patente en un país miembro, tiene derecho a reclamar la fecha de presentación como fecha de prioridad al presentar solicitudes posteriores en otros países miembros. Esto brinda a los solicitantes una protección inicial para su invención y les permite buscar protección en otros países durante un período de 12 meses sin perder la prioridad de la solicitud original.
Sin embargo, a diferencia del TCP, el Convenio de París no proporciona un sistema centralizado para presentar una única solicitud internacional.
En este sistema, los solicitantes deben presentar solicitudes separadas en cada país donde desean obtener protección. Inevitablemente, esto puede ser costoso en términos de gastos legales, traducciones y requisitos de formato específicos de cada oficina de patentes nacional.
A su vez, el Convenio de París no proporciona un informe de búsqueda ni un informe preliminar de patentabilidad como lo hace el sistema TCP. Como consecuencia, los solicitantes deben seguir el proceso de examen y búsqueda en cada país individualmente, lo que puede ser más costoso y prolongado en el tiempo.
Adicionalmente, esta falta de información preliminar puede hacer que el proceso de solicitud sea más incierto y arriesgado para los solicitantes, ya que no tienen una evaluación temprana de la patentabilidad de su invención antes de decidir si invertir en solicitudes nacionales.
Conclusiones
El TCP y el Convenio de París son dos acuerdos internacionales fundamentales en el ámbito de las patentes. Comparar el TCP y el Convenio de París en relación con la solicitud de patentes revela diferencias significativas. El TCP permite a los solicitantes presentar una única solicitud internacional, simplificando y reduciendo los costos del proceso de solicitud en múltiples jurisdicciones. Además, ofrece informes preliminares de búsqueda y patentabilidad, así como una extensión del plazo para presentar solicitudes nacionales.
Por otro lado, el Convenio de París ofrece la ventaja de la prioridad de la solicitud, permitiendo a los solicitantes reclamar la fecha de presentación original al presentar solicitudes posteriores en países miembros. Sin embargo, no ofrece un sistema centralizado de presentación de solicitudes y carece de informes preliminares de patentabilidad.